Si aprendes a perdonar y a olvidar, vas a encontrar la verdadera felicidad.
La felicidad es olvidarse de los problemas; valorar lo que se tiene y cantar hasta quedar afónicos.
La felicidad no consiste en todo tener, sino en saber sacar lo bueno que te da.
La felicidad es como un pastel, cuando lo tienes lo saboreas, y cuando no, sólo con olerlo basta.
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